Alumbrado:
La iluminación en los frentes de trabajo y avance de galerías o pozos se realizaba por regla general mediante lámparas de aceite (lucernas) de distintos tamaños, elaboradas en arcilla cocida, semejantes a aquellas que eran utilizadas en el ámbito doméstico romano, cuyo diseño y decoración permite a veces su encuadre en un período de tiempo determinado. El emplazamiento de las lámparas se hacía sistemáticamente en pequeñas oquedades excavadas en los hastíales para su colocación a la altura deseada. Estos huecos reciben el nombre de lucernario y su distribución y espaciado puede dar alguna idea de los ciclos de trabajo en el interior de la mina.